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no cabeçalho, pintura de Paul Béliveau
El próximo domingo, 03 de diciembre, cerca de 6.5 millones de bolivianos/as acudirán a las urnas para elegir, por voto popular directo, a 52 magistrados del organismo judicial. Sí, aunque no lo creas, el pueblo elegirá por voto popular a sus principales jueces nacionales, por segunda vez. La primera vez lo hicieron en 2011.
Un total de 597 candidat@s fueron postulantes para estas elecciones. De ell@s, 96 fueron preseleccionados por la Asamblea Legislativa Plurinacional (en base a sus méritos académicos y laborales). De estos, 18 serán electos como magistrados para el Tribunal Supremo de Justicia (9 titulares, 9 suplentes); 18 para el Tribunal Constitucional Plurinacional (9 titulares, 9 suplentes); 10 para el Tribunal Agroambiental (5 titulares, 5 suplentes); y 6 para el Consejo de la Magistratura (3 titulares, 3 suplentes).
Estos jueces, al igual que el resto de las autoridades públicas por elección popular, son revocables. El tiempo de sus funciones es de 6 años, sin posibilidad de reelección.
A diferencia de otros procesos electorales, en las elecciones judiciales, los candidatos no deben estar adscritos a ningún partido político (no hacen campaña electoral por sí mismos).
Es más, sólo el Órgano Electoral Plurinacional está autorizado para difundir el perfil y las propuestas de todas las y los candidatos, en igual proporción y tiempo, en los medios de información. Y lo realiza en los cuatro idiomas más hablados del país.
¿Por qué Bolivia optó por la elección de jueces por voto popular?
El nefasto sistema neoliberal convirtió a Bolivia en una marca mundial en la corrupción pública, en tiempos muy recientes. A principio del presente siglo, el país se coronaba como campeona y/o sub campeona en corrupción pública internacional.
En este contexto, todo proceso de democratización judicial, por más incipiente que fuese, es siempre benigno para los pueblos. La pregunta es: ¿quiénes y por qué será que se oponen o convocan a voto nulo en las elecciones judiciales en Bolivia? ¿No será que temen perder el último “gancho” del cual pende su impunidad y privilegios legalmente permitidos?
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